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Licencia vs Cesión

Escrito por Daniel Garavito | 5/06/23 05:33 PM

En la industria musical solemos escuchar los términos cesión y licencia con frecuencia, desafortunadamente se suelen confundir y son dos cosas completamente distintas, con propósitos distintos y efectos muy diferentes, por lo que su confusión suele ocasionar problemas graves entre los involucrados. Para que esto no ocurra, les contaremos sobre el contrato de cesión y sus efectos, en paralelo a las licencias y su propósito.

¿Qué tan importante puede ser una cesión de derechos de autor?

Para ayudarte a dimensionar la importancia que puede tomar la cesión de derechos de autor y el negocio que representa, te contamos uno de los casos más grandes en la industria musical frente a este tema. En septiembre de 1984, Michael Jackson hizo una oferta por parte del catálogo de The Beatles, aproximadamente 46 millones de dólares, lo que llevó a que, en agosto de 1985,  Holmes à Court (que era la empresa que tenía en esos momentos los derechos sobre parte del catálogo de The Beatles) le vendiera el catálogo de las canciones de The Beatles a Michael Jackson por la suma de 47 millones de dólares.

Pero cuando decimos que le vendió el catálogo de las canciones, nos referimos a que le cedió los derechos de reproducción de las canciones de The Beatles escritas por Paul McCartney y John Lennon entre los años 1964 y 1970, todo esto mediante la celebración de un contrato de cesión de derechos de autor. Entre las canciones que integraban este catálogo se encontraban canciones como Help, Yesterday, Hey Jude y Michelle.

Diferencia entre licencia y cesión

Las licencias y cesiones se pueden encontrar en diferentes ámbitos, pero ya que a nosotros nos interesa hablar sobre derechos de autor, limitaremos el concepto de licencia y de cesión a los derechos que tiene un autor sobre su obra, más puntualmente, sobre los derechos patrimoniales de autor. Recuerda que los derechos morales no se pueden negociar ya que son inherentes al autor de la obra musical y están para proteger tu reputación.

Los titulares de los derechos de autor tienen la facultad exclusiva de disponer de la obra, de publicarla, ejecutarla, y comunicarla al público, de enajenarla, de traducirla, de adaptarla o de autorizar su traducción y de reproducirla en cualquier forma. Esto lo podría hacer un tercero, que no es autor de la obra, por lo menos de dos formas distintas, mediante una licencia o a través de una cesión de derechos.

Con esto presente, podemos decir que, en pocas palabras, una licencia es un acuerdo que otorga un permiso limitado para utilizar derechos sobre una obra, mientras que una cesión implica la transferencia total de los derechos de autor de una persona a otra diferente.

Ambos mecanismos son utilizados en la industria musical para negociar y gestionar los derechos sobre composiciones y grabaciones, pero tienen implicaciones legales y comerciales distintas.

En el caso de Michael Jackson y el catálogo de The Beatles vimos un ejemplo de cesión de derechos de autor, ya que no se contemplaba un permiso limitado para usar las obras por parte de Micha Jackson, sino de una transferencia total de los derechos sobre esas obras, por lo que sería él el nuevo “dueño” de estas obras, es decir, quien recibiría ingresos por su explotación.

Un contrato de licencia se puede diferenciar fácilmente de un contrato de cesión ya que lo que se cede es un permiso explícito, que puede o no ser exclusivo, para ciertos usos de la obra, mientras que un contrato de licencia suele tener un detalle de qué derecho se están negociando, en qué condiciones y por cuánto tiempo. En este tipo de contrato (licencia), la titularidad no se cede.

Efectos de una licencia

Para ser todavía más claros, podemos decir que una licencia es un acuerdo a través del cual el titular de los derechos de autor de una obra (licenciante) otorga a otra persona (licenciatario) el derecho limitado de usar o explotar determinados derechos sobre una obra musical de su autoría.

Lo cual significa que una licencia permite al licenciatario utilizar una obra musical o una grabación de audio (fongorama) en una forma específica y bajo condiciones específicas, es decir que el uso que se concede está limitado a un propósito específico. Por ejemplo, una licencia de sincronización permite el uso de una canción en una película o programa de televisión, mientras que una licencia de streaming permite la reproducción de una canción en una DSP o plataforma de streaming como Spotify, Deezer o Apple Music.

Es claro entonces que una licencia no transfiere la titularidad de los derechos de autor sobre una obra, sino que otorga permiso para su uso dentro de los límites establecidos en el acuerdo. Esto quiere decir que el dueño original de la obra mantiene su propiedad sobre esta, pero concede a un tercero la posibilidad de usarla y/o explotarla con un propósito específico.

Efectos de una cesión

Ahora, del otro lado, podemos decir que una cesión implica la transferencia completa de los derechos patrimoniales de autor de una persona a otra, por lo que una cesión implica que el titular de los derechos de autor (cedente) transfiere todos los derechos sobre una obra musical o una grabación de audio a un tercero (cesionario). Es a través del contrato de cesión que el autor o titular de una obra, transmite total o parcialmente sus derechos a otra persona, a cambio de una remuneración, o sin ella.

En este caso, igual que en el ejemplo de Michael Jackson, el cesionario se convierte en el nuevo titular de los derechos de autor y tiene la facultad de explotarlos y ejercerlos de manera exclusiva. Por ejemplo, un compositor puede ceder todos sus derechos de autor sobre una canción a otra persona, lo que significa que esta persona pasará a adquirir la propiedad total de la obra y podrá utilizarla, registrarla, licenciarla y obtener beneficios económicos de ella.

En conclusión

Al momento de realizar un contrato de licencia o autorización para el uso de una obra es fundamental tener claridad sobre cuál es la obra sobre la cual se está entregando la licencia, quienes son las partes de este contrato (es decir, quién entrega la licencia como titular de derechos y quién la recibe), el valor que se pagará para entregar esta licencia, y los usos autorizados y demás condiciones de tiempo, modo y lugar, como el territorio en el que se permitirán los usos concedidos de forma específica.

Ya que en la licencia no hay desprendimiento de los derechos, el titular puede seguir disponiendo de estos, por ejemplo, entregando licencias de uso con propósitos específicos sobre sus derechos de autor.

No se debe confundir el contrato de licencia con la cesión o transferencia de derechos patrimoniales de autor, ya que con la cesión no solamente se entregará un permiso de uso para un propósito específico, o varios, sino que se entregará la titularidad sobre los derechos a un tercero, haciendo que este tercero sea el nuevo “dueño” de la obra sobre la que se ceden los derechos. E muchas ocasiones resulta útil identificar las autorizaciones de uso, que para efectos prácticos pueden constituir una licencia, es decir, un permiso de uso para una finalidad específica y con términos y limitaciones claros.